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Visitar sus templos

A Bali se la conoce como la isla de los 10.000 templos. No creo que nadie se haya tomado la molestia de contarlos, pero no cabe duda de que para sus 5.700 km2 de extensión, en Bali hay muchos, muchos templos, a cada cual más hermoso. 

Observar su flora y fauna

Bali es un lugar privilegiado para la observación de la naturaleza en su estado más puro y salvaje. Desde tranquilos paseos en bicicleta entre arrozales a excursiones a parques naturales como el de Barat, donde es posible ver, animales, todo tipo de aves, ciervos y monos. Y, hablando de monos: el Santuario de los Monos de Ubud es un estupendo lugar para observarlos. De las posibilidades que ofrece su fondo marino y arrecifes mejor no hablamos… ¡porque no terminaremos nunca!

Disfrutar de sus playas

¿Arena blanca o arena negra? En función de vuestras preferencias deberéis ir al sur o norte de la isla. Kuta, Padang Padang y Dreamland son algunas de las más populares para practicar surf y todo tipo de deportes acuáticos, pero si preferís algo más tranquilo, no perdáis de vista las playas del norte, como Lovina. Y si disponéis de tiempo, considerad la opción de desplazaros en speed boat hasta las islas Gili, ¡un paraíso!

Como veis, la lista de cosas que hacer en Bali es interminable. Espero que con estas pequeñas ideas encontréis al menos un poco de orientación para dar vuestros primeros pasos, ¡el resto corre de vuestra cuenta!